LOS CAMPUS DE VERANO PRH, UN FORMATO QUE AUNA TIEMPO DE FORMACIÓN Y VACACIONAL

Luis Avilés

Sáb, 09/17/2022 - 18:15

El último campus de verano PRH celebrado el pasado mes de agosto en la Zubia ha vuelto a ser una experiencia marcante de crecimiento personal, descanso, y encuentro vitalizante con otras personas embarcadas en el mismo camino. La combinación de formación PRH y actividades complementarias aporta una sensación de fluidez, amenidad y menos cansancio que facilita profundizar en los trabajos que se realizan en los cursos.

Ya hemos presentado varios artículos en este blog en el que hemos tratado de transmitir la experiencia de algunos participantes en distintos campus de verano que hemos ido realizando en diferentes sitios:  Valle del Jerte, Sanxenxo, y este último realizado a finales de agosto en La Zubia (Granada).

En este artículo queremos mostrar, además de la experiencia de algunos participantes del último campus en La Zubia (Granada), las características que tienen los campus, sus ventajas, su sentido, etc.

¿Cuándo surge?

Esta iniciativa surgió entre varios formadores en España hace más de 12 años. Desde 2011 llevamos, ininterrumpidamente, realizando al menos un Campus cada verano.

¿En qué consiste?

En los Campus se ofrecen varios cursos PRH con distintas temáticas que se realizan simultáneamente en un lugar con unas condiciones propicias para ello: naturaleza, silencio, posibilidad de acogida de un grupo numeroso…

Los cursos ofrecidos en ocasiones han sido dos; en otras, tres, cuatro o incluso cinco. La oferta trata de ser variada para que puedan participar tanto personas que no conocen la Formación PRH como personas que son usuarios asiduos.

¿Qué características tiene?

Tiene una duración de seis días, llegando a la cena del día anterior para poder comenzar los cursos el día siguiente a primera hora, y se termina el sexto día, después de comer y de las despedidas de rigor.

Lo que  caracteriza especialmente a este formato es que los cursos se alternan con otras actividades complementarias que se realizan en las tardes de varios días. Estas actividades son impartidas por personas usuarias de la formación y expertas en la materia, que participan en nuestros cursos y que, de esta manera, colaboran con nosotros. Hemos tenido monitores de senderismo, yoga, meditación, mindfulness, biodanza, masaje, teatro, canto, consciencia corporal y danza, itinerarios guiados descubriendo la botánica del lugar. Y, en este último campus, de modelado con barro. Los participantes del campus se apuntan a aquellas que más les atrae e interesan, de manera libre. Se realizan en las tardes, aunque algunas, como yoga, se hacen a primera hora de la mañana.

Esta combinación de actividad formativa PRH y actividades complementarias tiene un efecto muy positivo en las personas. El cambio de actividad descansa y evita estar la jornada completa sentados, aportando una sensación de fluidez, amenidad y de menos cansancio en el conjunto de las actividades realizadas. Así mismo, facilita el estar en buenas condiciones para profundizar en los trabajos que se realizan en los cursos.

Otra característica importante es la convivencia entre los participantes de los distintos cursos tanto a nivel de grupo grande que está en un mismo lugar haciendo actividades juntos, como en los grupos pequeños y variados que se van formando entre los participantes de los cursos. Rápida y fácilmente se genera un ambiente muy sano y agradable, de encuentro, de vitalización, con actitudes positivas hacia los demás de respeto, no juicio, escucha verdadera, relaciones a partir de lo mejor de cada uno, etc.; y esto no solo en los tiempos de curso, sino también en las actividades, tomando unas cervezas o charlando después de la cena en los jardines de la casa que nos acoge.  Estos elementos facilitan hacer la experiencia que llamamos en PRH de “islote cultural”, muy positivo para vivir relaciones desde lo mejor de cada persona, para experimentar encuentros verdaderos y auténticos entre personas que buscan lo mismo: ser mejores personas, conocerse mejor, crecer y aprender a vivir mejor su vida.

Realmente, después de un campus, las personas salen con una experiencia marcante de crecimiento personal y de verdadero encuentro con otras personas que hacen el mismo camino que ellas, a la vez que sienten que han podido descansar y tener unas “pequeñas vacaciones” verdaderamente vitalizantes en grupo. Se van con la sensación de haber vivido relaciones de ser a ser. 

A continuación, os presentamos la experiencia de tres participantes en el Campus PRH realizado en agosto en la Zubia (Granada).

“Experimentar el bien que el ser humano es capaz de hacer respecto a sí mismo y a los demás con las herramientas adecuada, me provoca una gran alegría y bienestar.

Para mí también ha sido importante el hecho de “la magia” que se produce cuando estás rodeado de personas que están comprometidas con el crecimiento personal, que asumen responsabilidades respecto a sí mismos y a los demás, que respetan, que no juzgan y que les mueve la bondad. Esto me reafirma en mi ser en cuanto a que siento que otro mundo es posible.

Mi enorme admiración a André Rocháis porque, a través de sus enseñanzas, ha hecho que descubramos muchas de las semillas que tenemos en nuestro más profundo ser y ayudarnos a darles lo necesario para  que broten.

Mi agradecimiento a los formadores por transmitir todo esto de una forma tan acertada, por ser tan bellas personas, humildes, empáticas y con tanta vocación. Muy ilusionada por volver a repetir esta experiencia tan mágica. Gracias. “(Raquel).

“Gracias a todos y todas por estos días de alegría y risas, pero también de escucha de las sensaciones interiores, de descubrimientos interiores y aprendizaje.

Gracias PRH por los dones de vida que nos ayudas a desplegar. Mi deseo es que lo vivido en este campus permanezca para que sea motor de mi despegue y del avance de mi crecimiento, sin trabas, sin miedos. Gracias a l@s fomador@s por su dedicación y entrega hacia nosotros y nosotras. MUCHAS GRACIAS”. (Nuria)

“He estado en el Campus de Verano de PRH que compartimos en la Zubia (Granada).

Es un formato que me encanta: una semana de formación de crecimiento personal, en un entorno con naturaleza, pensado para el recogimiento y la introspección. Además del curso, hemos podido disfrutar de senderos, taller de barro.  A mí me encanta también poder compartir las sesiones de yoga y meditación.

Una semana de vacaciones, crecimiento, tiempo de relax y de explorar y conocer personas maravillosas. Encuentros que nutren e impulsan”. (Lola)


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