Durante varias semanas, experimentando un gran dolor de espalda, me vi obligado a cambiar mi forma de vivir. Ahora no controlo mi vida como antes. Mis movimientos son limitados, tengo que quedarme en la cama la mayor parte del tiempo, ya no puedo asumir las tareas mundanas de la vida cotidiana, dependo de la persona que vive a mi lado y me cuida. ¡HE PERDIDO EL CONTROL!
Mi situación no es excepcional pero, para mí, que siempre me he movido bien físicamente, es un cambio importante. Esta experiencia me hace descubrir cosas sobre mí mismo. Me doy cuenta de que, incluso entregado a los imperativos de mi cuerpo sufriente, permanezco libre interiormente. Tengo acceso a un lugar de tranquilidad, confianza en la vida; me sigo sintiendo vivo incluso si tengo que quedarme tumbado y quieto durante mucho tiempo. Siento mi corazón latiendo, mis pulmones respirando, mi mente vagando; mis ojos mirando la luz del día, las hojas agitadas por el viento... Y en mí vive un amor por todas esas personas que me habitan y me conectan con la familia humana de una manera tranquilizadora.
He perdido el control, pero no estoy perdido. Algo estable, seguro, pacífico me permite vivir bastante bien esta etapa particular de mi vida actual.
¿Qué es? Lo siento como algo dado; no es fruto de mis esfuerzos o de técnicas de control mental. Es un abandono a la vida, a una vida que no se limita a lo que yo decido, a lo que controlo. Sin embargo, no estoy renunciando, estoy haciendo lo que sea necesario para sanar, pero este tiempo de convalecencia no es un tiempo perdido. Experimento la fuerza y la tranquilidad de la vida profunda dentro de mí.
En tus circunstancias particulares, este puede ser también el caso para ti. Algo muy fuerte y muy suave está dentro de ti,.... Puedes descender a tus profundidades para descubrirlo y gozar de ello.
Normand
Es una lección de vida, una inspiración para los momentos difíciles, una parada para lreflexionar y también para volver llos ojos hcia nuestro ser y admirar una vez más su manera de manifestarse en nosotros y como el ser capaces de vivirnos desde el nos construye y nos llena de paz y armonía con independencia de aquello que nos toque vivir.
Espero que puedas recuperarte . Un abrazo grande.