PALABRAS O FRASES QUE NOS AYUDAN A CRECER

Luis Avilés

Dom, 05/30/2021 - 12:41

Hay palabras o frases cortas que, cuando uno se las dice a sí mismo, tienen el poder de despertar en nosotros una buena actitud interior o de ayudarnos a conectar con lo mejor de nosotros mismos. Una de ellas puede ser "disfruta", por su capacidad para situarnos en el momento presente y abrirnos desde él a gustar todo lo bueno que nos regala la vida.

En algunos cuentos y películas de nuestra infancia y adolescencia aparecían personajes que invocaban palabras mágicas como “abracadabra” o “¡ábrete, sésamo!”, las cuales conseguían efectos espectaculares. Esto nos asombraba y, en algunos casos, nos podía fascinar. Pero no os voy a hablar de este tipo de magia ni de películas. Os voy a hablar de palabras o frases que nos ayudan a crecer.

A lo largo de mi vida han ido apareciendo algunas palabras o frases que siento “mágicas” para mí. Mágicas en el sentido de que, al decírmelas a mí mismo, decirlas en voz alta o simplemente recordarlas, rápidamente me arrastran y suscitan una activación en la línea del contenido que éstas encierran. Son palabras que tienen tal fuerza en mí que me ayudan a progresar, a mejorar, a crecer. Han sido un apoyo para crecer y vivir más a fondo actitudes constructivas y necesarias para mi crecimiento personal. Estas palabras me han ido transformando y me siguen transformando. Me hacen mejor persona.

Algunas de ellas son: “disfruta”, “párate”, “atrévete”, “relativiza”, “hago lo que puedo”, “trátate bien”, ….

En este artículo voy a detenerme a recoger el significado que una de ellas tiene en mi interior -a la que le tengo especial cariño- y compartirlo con vosotros y vosotras, por si os es de utilidad. Espero que os ayude tanto como a mí.

Disfruta.

Me digo “disfruta” y cambio el chip: me pongo en clave vida, en clave sentirme, en clave gustar, en clave valorar. Abre mi mirada a lo positivo que la vida me presenta en el momento en el que estoy. Cuando me lo digo a mí mismo, me lleva a tomar conciencia de todo lo que la vida me regala continuamente, en el día a día; a tomar conciencia de la suerte que tengo de estar vivo, de sentir, de tener, de ser, de estar donde estoy hoy.

Disfruta significa para mí: déjate sentir lo que la vida te da, sea lo que sea, desde una actitud de acogida y de aprender a sacar lo positivo que hay en ti para ese momento.

Disfruta es: déjate sentir, saborear, estar. Sé consciente de qué es la vida, realmente. Aprovecha y mira la vida con alegría, sintiendo qué es lo que tienes y que cada momento es único. Cada momento es irrepetible. No va a volver a pasar. Tanto si es especial como si es triste o desagradable o no tenga algo que lo haga especial. Y, aunque sea triste o desagradable o cotidiano, es tu momento. Es lo que tienes. Es lo que eres hoy.

Las actitudes positivas ante la vida que encierra esta palabra me han cambiado, y al recordarlo me retrotrae a cómo era yo antes de iniciar este proceso de crecimiento. Nunca era suficiente. Siempre tenía un pero. Lo que vivía podría estar bien, pero… Siempre anhelando algo que no tenía, no era, no sentía, no vivía. He tenido que aprender a disfrutar, a dejarme sentir. Antes mi vida era hacer, hacer y hacer. Obligación. Tengo que. Una sucesión de haceres, pero sin saborear lo que tenía entre manos, sin, por decirlo de alguna manera, respirar la vida, paladear la vida que se me escapaba entre los dedos.

Y fui aprendiendo a disfrutar. He aprendido a aceptar que tengo lo que tengo, soy lo que soy. No hay más. Y esto fue haciendo crecer una mirada conciliadora con la realidad. Aprendí a disfrutar de la vida, del momento, de mí mismo.

“Disfruta” me abre a lo presente, lo sencillo, lo cotidiano, lo normal. Abre mi mente y abre mis poros a vivir, a la vida tal como es.

A mi gente, a la gente a la que ayudo en los cursos, en la ayuda individual, les invito, cuando es oportuno, a disfrutar. Déjate disfrutar. Mira con gusto eso que tienes. Valora lo que eres en lo que te pasa, en lo que sientes.

Disfrutar requiere que nuestra mente se abra a ello, se interese por ello, aprenda a ello. Entonces deja paso a algo interior. Abre a experimentarse a uno mismo de otra manera. Conozco muchos casos de personas que, después de momentos muy importantes de su vida como puede ser una boda, el viaje soñado; en definitiva, la realización de una aspiración, de un sueño que anhelaban, etc., me han manifestado que no han podido disfrutar de esos momentos. “Estaba tan nerviosa…”, “es que la ansiedad me ha impedido disfrutar del momento”, me dicen. Para poder disfrutar es necesario “aparcar” lo más posible esos sentimientos negativos y situarse en actitudes positivas y en la consciencia y motivación de querer saborear con paz esos momentos, humildemente, sencillamente, acogiéndolos como un regalo y viviendo ahí, conscientemente, los aspectos esenciales de uno mismo que aspiraban a actualizarse.  

Contrario a disfrutar es dejarse arrastrar por los movimientos sensibles o emocionales,  lamentarse, vivir en la preocupación, estar lejos de uno mismo, huir de la realidad, vivir en el sueño; y, aunque ese sueño pueda ser bonito, nunca será lo mismo que disfrutar de la presencia a uno mismo, de la propia realidad.

Cuando disfruto, soy. Me siento ser. Soy consciente de ser y de vivir. Me centro en el momento, como si no hubiese un mañana, y lo paladeo como un buen vino o una buena comida.

Por suerte, lo que más nos produce felicidad son pequeños y sencillos momentos asequibles a cualquiera. Los mayores placeres y disfrutes de la vida son gratis, decía alguien. No es tener. Es lo que puedo vivir en cada momento, esté donde esté, tenga lo que tenga.

Disfrutar. ¡Y hay tanto de lo que disfrutar! Una hermosa canción. Una película interesante que te atrapa. Unas copas con unos amigos, o una conversación apasionante sobre un tema de actualidad. Disfrutar de tener el reto de un proyecto a realizar, de tener un sentido en la vida. Disfrutar de una mirada de cariño. Pero, incluso, disfrutar de lo que, en principio, no es tan agradable, positivo o gustoso. Se puede llegar a disfrutar en medio de una situación difícil. Esas circunstancias podemos vivirlas siendo nosotros mismos, abiertos a aprender, a sacar lo mejor de nosotros, con un espíritu positivo, etc.

Y me surge: por favor, disfruta. Aprende a disfrutar de todo. Desde lo más simple y que la vida nos regala: respirar, estar vivo, poder caminar, hablar, oír, …, hasta todo lo positivo de ti -cualidades, capacidades, valores- que puedes vivir en el día a día. Pero también de los momentos controvertidos o más difíciles por los que, inevitablemente, todos pasamos. De lo bueno y de lo malo, de lo que acontece, de los errores y aciertos, de los avances y los retrocesos. Porque todo eso forma parte de la vida, es único e irrepetible, nos enseña y nos va configurando como persona.

Para terminar, os dejo unas preguntas para después de esta lectura:

  • ¿qué se despierta o activa interiormente en mí?
  • ¿me moviliza a avanzar en algún aspecto de mi vida?

Comentarios

Vicky Domínguez
3 Julio 2024
La lectura de tu artículo genera en mí agradecimiento por este análisis tan dinamizante,real y posible de alcanzar,por tu determinación a Disfrutar y tu invitación a que lo hagamos los demás...
Tu Disfrute me moviliza en mi capacidad de agradecimiento, enlaza con la Gratitud por ser,estar,hacer,respirar,VIVIR... Vivir aquí y ahora con actitud positiva es una vía que facilita y garantiza felicidad, gozo,color ,luz ,mayor plenitud . Gracias, Luis ,por vitalizar en mi ese gozo y gusto por vivir así de Presente y abierta a la Vida.Disfruté leyendo tu Disfrute que estimuló y alimentó el mío.

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