¿INTEGRO EN MI VIDA LOS DESCUBRIMIENTOS QUE HAGO?

PRH Ibérica

Mar, 07/19/2022 - 20:17

En el blog PRH recuperamos hoy un artículo muy interesante de Felicidad Álvarez, formadora PRH actualmente jubilada, que se publicó ya en junio de 1993, en lo que entonces se llamaba el correo PRH. Este artículo nos lanza un cuestionamiento importante: ¿qué pasa con nuestros descubrimientos? ¿nos sirven para transformar nuestra vida y avanzar en la realización de nuestras aspiraciones profundas o resulta que no son efectivos para nuestro crecimiento?

El objetivo de la Formación PRH es:

  • Conocernos en nuestra originalidad,
  • Vivir en referencia a nuestra conciencia profunda,
  • Llegar a descubrir y encarnar nuestro actuar esencial y
  • Contribuir así a humanizar la sociedad en la que vivimos.

De ahí la importancia de tenerlo presente y evaluar, a su luz, los medios que nos damos, los descubrimientos que hacemos, los pasos concretos que vamos dando.

¿Nos paramos, de hecho, para verificar si cada medio que nos damos nos conduce a vivir este objetivo?

En concreto, los descubrimientos que hacemos de nosotros mismos ¿los integramos de manera que nos vayan transformando en esta dirección del objetivo de la Formación PRH (que sabemos encaja con las aspiraciones más profundas de nuestro ser)?

En mi experiencia profesional, una experiencia repetida me abrió los ojos hace ya un tiempo y me cuestionó:

¿Qué pasa con nuestros descubrimientos?

¿Por qué personas que hacen muy pocos descubrimientos cambian tanto en su vida, mientras que otras que hacen muchos (listas y listas) apenas se les ve cambiar?

Esta cuestión me llevó a ponerme del lado de las primeras para ver cuál era su secreto. Mi sorpresa fue grande, al oírles decir con estas u otras palabras semejantes:

Mira, yo descubro dos o tres cosas y, entonces, pongo todas mis energías en ser consecuente con ellas. Y mi vida cambia; no sólo lo veo yo, lo ven cuantos están a mi alrededor.”

Este es el secreto: hay una integración de lo descubierto, y como consecuencia:

  • transformaciones concretas en la vida,
  • gusto por vivir, renovado por el impulso de la vida que se va liberando,
  • satisfacción en la forma de vivir la propia formación.

Yo, ¿me reconozco en este tipo de personas? Si no lo soy, ¿me atrae poder llegar a serlo?

He aquí unos cuestionamientos que pueden ayudarte:

  1. Descubrimientos que no han sido efectivos en mi formación.
  • ¿Hay descubrimientos de mí que no han sido efectivos de cara a conseguir el objetivo de la Formación PRH? ¿Cuáles?  (Puedo mirar el último año, curso, entrevista, etc…)
  • ¿A qué se ha debido?
  • ¿Qué me dice esto de mí?
  • ¿Puedo hacer algo para que no se repita? ¿Qué?
  1. Descubrimientos sobre los que no me gusta volver.
  • ¿Hay descubrimientos sobre los que no me gusta volver? ¿Cuáles?
  • ¿Por qué no me gusta volver sobre ellos?
  • ¿Qué me dice esto de mí?

Todo nos revela, también estos descubrimientos a los que no nos gusta volver o que no han sido efectivos para nuestro crecimiento.

Detrás puede estar nuestra “imagen”, una imagen que intentamos mantener. Es, pues, una buena ocasión para detectarla y concientizarla, primer paso de cara a adecuarla a nuestra realidad de hoy.

En otras ocasiones puede haber “heridas” o viejos mecanismos de defensa y, por tanto, estos TPA pueden ser una ayuda para descubrirlos y ponernos en ruta de solucionarlos.

O, quizás, falta de cuidado de la motivación para llevar a la práctica y seguir dejándote cambiar y transformar para llegar a ser quién eres en el fondo de ti mismo o de ti misma.

¿Qué hacer con este trabajo?

Es para ti. Es una oportunidad de ser el o la protagonista de tu formación.

Te va a dar material para:

  • Que encarnes en tu vida aquello a lo que de fondo te sientes llamado a vivir,
  • Darte entrevistas contigo mismo y con el acompañante que elijas para lograr ver más en los puntos en los que no eres capaz de ir más lejos tú solo/a.

Recuerda que tú eres el único, la única responsable de tu vida. Que a ti te corresponde gestionarla, así como tu formación. Lo importante es que llegues a ser plenamente tú, todo tú y sólo tú.

(Adaptación del artículo elaborado por Mª Felicidad Álvarez y publicado en el Correo PRH de junio de 1993).

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