Desde las ventanas y los balcones
Somos sensibles a aquellas personas que muestran capacidades, valores, riquezas, gestos… que, en una u otra medida, hablan de nosotros. Esos desconocidos que arrancan mis aplausos han llegado, sin ellos saberlo, a “despertar” algo que hay en mí.Ellos son como un espejo que refleja la luz que hay en mí, y que no siempre acabo de ver.